Empezando en 1560, una vez al año, una flota de entre 10
y 40 barcos salía de Sevilla cruzando el océano Atlántico
hasta llegar a su destino final, Veracruz. La flota llevaba
provisiones para los colonos españoles y regresaba con preciados
productos de la Nueva España, principalmente plata.
Entre 1519 y 1522 Magallanes estableció una ruta occidental
a Asia a través del océano Pacífico. La ruta de regreso, o
el tornaviaje, no fue descubierta hasta 1565 por Andrés de
Urdaneta. Los galeones de Manila, que recorrieron esta ruta,
transportaban valiosa mercancía de Asia (especias, sedas,
y porcelana, entre otras cosas) al puerto mexicano de Acapulco.
Una vez desembarcado el cargamento, la mayor parte de la mercancía
se transportaba por tierra al puerto de Veracruz donde se
mandaba a España. Solía suceder que una parte de la mercancía
se quedaba en las ciudades situadas por el camino a Veracruz.
Eventualmente una parte de la mercancía que quedaba en México
se encontraba a lo largo de Camino Real llegando hasta ciudades
al norte de la frontera.
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